¿Quieres vender rápido y por más?

vender piso más rápido

Ponle un maquillaje estratégico al piso (al estilo Inmoki)

Si alguna vez has pensado en vender tu piso y lo primero que se te ha pasado por la cabeza ha sido: “Ya lo arreglará el que venga”, este artículo es para ti.

Déjame decirte algo, sin rodeos: el comprador no viene con ganas de arreglar nada. Lo que busca es entrar, deshacer la maleta y colgar la chaqueta. Si tu piso le recuerda a la casa de su abuela (con todo el cariño), te va a tocar esperar. Y perder dinero.

Lo que no se ve, también se paga

Imagina que tienes una cita y vas sin ducharte y con la camisa arrugada. “Bah, si a alguien le intereso de verdad, me querrá igual”, piensas. Pues no. Igual te quieren, pero no pasan de la primera copa.
Con los pisos pasa lo mismo: la primera impresión es la que manda, y aquí nadie viene a darte una segunda oportunidad.

¿Por qué se venden antes los pisos reformados?

Hay una estadística que no falla: el 80 % de los compradores decide en el primer minuto si quiere seguir adelante.
Y no, no estoy exagerando. Basta con ver su cara al abrir la puerta: si sonríen, hay trato. Si fruncen el ceño, despídete.
Una pared sin manchas, una cocina que huele a limpio y un baño donde te apetece lavarte las manos. Eso es lo que vende. No es magia. Es sentido común.

Reformar no es gastar, es invertir

Muchos propietarios piensan que reformar es tirar el dinero. Error. Lo que tú ves como un gasto, el comprador lo ve como tranquilidad y confianza.
Nadie quiere sorpresas ni hacer reformas después de gastarse un dineral en la compra. Y menos hoy.

Ejemplo real, contado sin filtros

Te lo cuento claro:
Una clienta publicó las fotos de su piso recién reformado. A los dos días lo tenía vendido. Cuando le preguntó al comprador qué fue lo que le hizo decidirse, la respuesta fue tan sencilla como demoledora: “Vi las fotos y pensé: aquí me quiero quedar”.

¿Y sabes qué es lo mejor? Que la inversión en la reforma la recuperó x2 con el precio de venta.

Tu piso no es una tómbola, es una oportunidad

No dejes que tu piso sea “el que se vende” cuando bajes el precio tres veces. Haz que sea “el que se compra” porque nadie quiere dejarlo escapar.

Y si no sabes por dónde empezar, no te preocupes:
Escríbenos. Te contamos lo que haríamos si el piso fuera nuestro. Sin rodeos y sin milongas.


¿Te atreves a venderlo como se merece?
Ponle guapo, déjalo listo para el flechazo y verás cómo vuela.